Río de Janeiro se lleva los Juegos de 2016

No pudo ser. Una vez más la candidatura de Madrid para la celebración de los Juegos Olímpicos en el año 2016 fue rechazada. Caímos en la final, de nuevo, y con un gran proyecto por lo que dicen los expertos en el tema. Pero no pudo ser. Adiós a las ilusiones de toda una ciudad, unida por un objetivo común, adiós a la posibilidad de organizar nuestros Juegos. Os contaré algunas anécdotas sobre los Juegos Olímpicos



a lo largo de la historia para tener una idea general de qué se trata esto del Olimpismo.

• En primer lugar, debemos saber que los actuales Juegos Olímpicos (JJOO) son denominados de la era moderna, ya que existen otros, o mejor dicho, existieron, los Juegos Olímpicos de la era antigua.
• Los JJOO de la era antigua se celebraban en la ciudad griega de Olimpia, de ahí el origen del nombre Olímpicos. Se celebraban cada 4 años en honor al dios Zeus.
• En los JJOO de la era antigua, se celebraba una tregua, la tregua olímpica, en la que todas las ciudades-estado griegas que estuvieran en un conflicto bélico tenían obligación de parar la guerra para que sus atletas pudieran acudir a dicha competición.
• En los JJOO de la era antigua los atletas competían desnudos (gymnos =desnudo) y de ahí viene el término gymnasia
• Los campeones olímpicos de los juegos de la era antigua eran considerados como héroes, y gozaban del reconocimiento de toda su localidad natal, pues también era un orgullo para ellos.
• El transcurrir de los años era medido en Olimpiadas, que son los periodos de 4 años que transcurrían entre unos Juegos Olímpicos y los siguientes. Por lo tanto, es incorrecto llamar a los Juegos Olímpicos Olimpiadas, ya que una cosa es la propia competición (JJOO) y otra cosa es el tiempo que separa unos juegos de los siguientes (Olimpiada)
• Los juegos de la era moderna se deben al espíritu de lucha del Barón Pierre de Coubertain, que infatigable en su afán por recuperar el movimiento olímpico de la era antigua, empeñó su vida, y su fortuna, para que los juegos se volvieran a celebrar.

Seguiré contando anécdotas sobre el Olimpismo en otras entradas futuras.